el otro dia

El otro día amanecía como todos los otros días, era especial porque semillovía, pero nada más. Había trabajado las últimas 24 horas y por fin iba a mi casa, la micro que me sirve se demora, pero me deja tan cerca que me dispuse a esperar.

En el paradero una que otra cara triste mañanera, pero detrás mio había una más enojada que triste, me dice: señorita, señorita! me lleveme pal frente!. Yo mire y era un viejujo con cara amargada en silla de ruedas que me exigía que lo llevara.

Va pal hospital?
No, voy a la caldera, ya po cruceme!
Yap yo lo levo
Por ahi no mas (al medio de la calle)
No no no, por el semáforo
Nooo... la media vuelta
Pero y si nos chocan?
Ya ya ya, haga lo que quiera.
Por que tan mal genio?
Si ud. estuviera enferma no sería mal genio?
No, porque si necesito que me ayuden sería más simpática.
Es que nadie me ayuda, asi son los chilenos, cuando uno pide una mano todos desaparecen (algo asi dijo)
Pero es que con ese genio. A donde va?
A la caldera a ver a un amigo que necesito hablar con el urgente.
Y donde queda eso?
Allá atras.
Voy a ver si alguien del hospital lo puede llevar.
Ud. trabaja aca?
Si, soy enfermera de la urgencia
Y como se llama?
Gabriela Araya
Muchas gracias
De nada, yap vamos a ver si el jóven lo puede llevar

El joven lo llevó, nos despedimos. Caminé rápido al paradero. cuando iba llegando a la esquina pasó la micro, no alcancé a tomarla.

Misteriosas maneras tienes de hacerte presente.