domingo, noviembre 28, 2010

Escribir

Recuerdo cuando en realidad no podía dejar de escribir, y me sentaba en las micros con un lápiz y el boleto, lo llenaba de letras que ya casi no me acuerdo que decian. Probablemente hablaban de pena y arrepenimiento ya que sufri mucho tiempo, no se si por o con, un pololo de universidad y las infidelidades que iban y venian. A raiz de eso salieron un montón de poesías y versos sueltos que volví a leer hace poco. Me dieron pena porque me acordÉ lo mal que me sentía y desee no volver a sentirme así jamás, pero que manera de escribir cosas lindas y que rimaban y que subían y bajaban como saco en un tobogán.

Desde ahí ser escritora fue mi sueño, solo que no he vuelto a tener motivos. Después de un par de historias sin buen final, encontre a mi pareja actual a la que amo, y con la que he procurado no cometer los mismos errores que con las anteriores. No mentir: en nada, no esconder, no dejar que se vaya, demostrar lo que siento, compartir. A lo mejor me faltan lecciones, como comprometerse, pero siento ir por el camino correcto, con esas cosas femeninas de conservación de la especie: tendría hijos con él, creo sería un buen padre, me siento protegida, querida y creo que podríamos ser viejitos y seguir juntos. A su vez solo quiero que sea feliz, me encanta verlo feliz. Odio cuando tiene pena o cuando no salen las cosas como espera, encuentro que es el hombre más inteligente del mundo y es tan bueno, de bondad, como el abuelito de Candi. Seguro que no es tan así, pero es mi etapa de enamormiento.

A lo mejor ahí hay sustrato para 1000 páginas de miel prensada en delgadas láminas, pero eso es mio, no es algo que quiera compartir.

En general, voy cambiando cada cierto tiempo las cosas, me he cambiado muchas veces de trabajo para los pocos años que llevo trabajando, me he cambiado de casa, cuando chica no por eleccion propia, a lo mejor de ahi viene la incomodidad de permanecer mucho tiempo en un solo lugar. Ahora me cambié de ciudad, y ya estoy pensando en que luego me voy a cambiar a otra. A veces pienso que estoy buscando constantemente el motivo, eso que haga click y que se desborde en emociones y de pronto no pueda parar de escribir.