Vacaciones

Estas vacaciones han sido especialmente variadas, de partida nunca me imaginé que tomaría la determinación de agarrar mis cosas e irme a la playa sola. Cuando iba en el bus pensaba en qué estaba haciendo, tenía ese cosquilleo interno de lo desconocido. Una vez allá, el tiempo se me hizo poco. Me imaginé que iba a ser una especie de eterno pajeo mental, tipo retiro de silencio, pero nada, de hecho pensé muy poco acerca de problemas, penas y esas cosas. Si siento que me conocí un poco más, en el sentido de aclarar y afianzar decisiones y, claro, tener que obligatoriamente escuchar la vocecita interna todo el tiempo, cosa que hago poco.

Una vez de vuelta, me dediqué a estar con mi familia, cosa que también hago poco. Salí con mis hermanos, vi teleseries con mi mamá, estuve con mi papá. Ésta también fue una enorme instancia de autoconocimiento, porque me di cuenta que soy reflejo de mi familia, vi tantas cosas mías en cada uno. Por otro lado, vi qué papel juego en mi casa, y me di cuenta que las cosas no son como pensaba. Tal vez la prioridad número uno cuando salga de la carrera no sea irme. Todo muy interesante y con resultados para dar vueltas un rato.

Al final de las vacaciones, volví a juntarme con las amigas. Nos divertimos, tomamos, fumamos, reimos, conversamos, bailamos, comimos, conocimos gente nueva.

Ahora vuelvo a hacer de los meses una rutina, que aunque suene malo, no lo es tanto si se aplican las conclusiones sacadas y se repiten de vez en cuando los momentos vividos en las vacaciones.