En conversaciones triviales pueden salir cosas muy ciertas para la existencia, hoy la catarsis de un momento de aburrimiento reveló la insatisfacción por la enfermería.
La enfermería es un trabajo noble, sacrificado y en general mal retribuido ya que para la cantidad de cosas que uno debe tener en la cabeza al mismo tiempo, esa plata no es tranquilizadora. Por lo tanto a uno la cosa enfermeril le tiene que gustar porque si no esta frita en el ejercicio de la profesión.
Preocuparse constantemente de otros no es algo fuera de lo común, cuidar como decían las profesoras es algo transversal en nuestra vida, sin embargo esto de ser profesional del cuidado implica que a gente exija sentirse cuidada, exija mejorías en su condición, y al mismo tiempo uno se exije que la persona que llegue a nuestras manos se mejore también. Y no es fácil, y no importa que no sea fácil, nada es fácil, es tan subjetivo. La gente que esta enferma aparte de estar vulnerable físicamente, emocionalmente se vulnerabiliza y espera casi a la abuelita que le lleva el té… la enfermera. Tú como enfermera debes ayudarlo, debes solucionarle sus problemas.
Eso es lo penca, ayudar es muy gratificante pero no cuando es impuesto. Uno siente y tiene derecho a sentir cosas.. me refiero a sentir antipatía y simpatía por la gente. Y tan difícil tener que ser amable y preocupada por personas que resultan repelentes.
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